Quiero dejar de escribir, creo que no tengo argumentos para quejarme. Vamos que, al margen de pequeñas contrariedades de nada, que a todos nos suelen ocurrir, me va de cine. No me duele nada que no pueda soportar y encima amanezco cada mañana con el dulce sabor de saberme vivo. Puedo ir al "Super" todos los días y abastecer las necesidades primarias sin tener que comprar lo que no necesito. ¿Se puede pedir más?
Un principio y un final feliz... ¿alguna vez lo habías visto? Yo tampoco, pero la sinceridad siempre acaba por adueñarse de mí y sospecho, o deseo, que tú también quieras dejarte llevar por esa premisa, yo no sé hacerlo de otra manera y como no puedo ni quiero engañarme a mí mismo, como siempre, decido contar la verdad de mi realidad.
Otra cosa es que mañana las cosas se tuerzan y me ponga a escribir letras del puchero vacío y, cual dolorido que pide a gritos que alguien se haga cargo de la situación para consolarme como se consuela a un niño, se ponga en contra de lo que se interponga.
Sí, es cierto, la vida me ha puesto montones de barreras pero reconozco que mi manera de ser me ha ayudado a superar cosas que para otros y otras no han sido tan sencillas. ¿Que si me la han intentado meter hasta el fondo? Pues mire usted: sí. Pero claro, como a uno le da por leer y hacer cosas de esas que llaman culturizarse, al final se acaba por entender casi todo y se aprende a nadar contracorriente para que a uno o a una no se la metan indiscriminadamente. Nadar y guardar la ropa, no hay otra opción.
Hay que leer señores, hay que leer hasta la mismísima muerte.
Somos humanos, Darwin era un genio que se anticipó a su época, y no podemos renegar de nuestro pasado ancestral. Os juro que he visto personas que actúan como monos, pero no porque no fueran capaces de entender sino porque no se habían acercado a la realidad. Eso da para escribir diez o doce quijotes de un tirón, casi nada.
El futuro es prometedor, aunque algunos se aferren a creencias y otras cosas que ya no sé cómo catalogar. La vida es bella cuando nada te impide declarar que así es. Entiendo que una enfermedad, una minusvalía, la pérdida de un ser querido, etc... son situaciones que pueden alterar el normal funcionamiento de nuestro cerebro; pero al final, tras complicadas situaciones, seguimos siendo los mismos o las mismas que siempre fuimos.
Confié, confío y sigo confiando en que al final, como no puede ser de otra manera, la verdad absoluta siga siendo la reina que lidera el devenir de este mundo, a pesar de los escándalos que vemos a diario en las noticias. La prueba de todo está en que hoy vivimos mejor que ayer y peor que mañana, de eso podemos estar seguros y seguras porque siempre ha sido así. Los que tengan que caer, caerán, de eso se encarga el pueblo que tiene
más poder del que nadie es capaz de imaginar.
De una u otra forma, los depravados acaban siendo extinguidos por sus malos modos y maneras, esos que, sin saber adónde van porque dan palos de ciego, van en contra de la vida.
Ir en contra del amor es un síntoma errático que, como un ordenador, se lleva almacenado en la memoria RAM, sin que nadie nos ayude a borrarla del todo y empezar de nuevo, con una mentalidad más acertada y acercada a los tiempos en los que vivimos.
En fin, que todo este rollo viene a colación de un tema que no deja de preocuparme: la inconsciente manera de postularse al lado de antiguas teorías y creencias que se encuadran en el lado grupal como "normales", dejando a un lado la única que, en mi humilde opinión, tiene un auténtico valor: "La lealtad y la altura a la que se llega cuando uno o una es capaz de juzgar sinceramente, olvidando por un momento los propios intereses en pos de los intereses comunes, esos que van a favor de todos y de todas, y que, de rebote, acaban por beneficiarnos a nosotros o nosotras mismas o mismos.
Yo también os quiero, amigas y amigos, abrazos ;-)=