Me olvidé de mi piel - C. Peralta & S. Arnau



Olvidé la piel en otra noche, la dejé prendida como un broche, la verdad aún no recuerdo dónde. Perdón, no pretendía este derroche de mi desnudez y tus reproches. Si te beso se calma este desorden y así vuelvo a vestirme con tu nombre. Me perdí por un desierto lleno de letras que no tenían sentido. 

Apareciste tú y empezaste a casar una letra con otra, y de esa unión, surgieron palabras, y después frases. Entonces comencé a entender el significado de la oración, y estas se convirtieron en extensos relatos dignos de leer,

A veces sólo basta decir que hasta el acento es hermoso, mucho más, cuando la intención no es el acoso. Letras que surgen de la nada o de algún recuerdo impetuoso, que entre amigos, se comparte para obtener el aprecio, tan sólo eso, algo valioso. 

La amistad es algo que roza lo sagrado. Siempre he tenido muy claro que un ser humano merece todos los respetos del mundo por mi parte. No busco lo que imaginas, encuentro lo que deseo… mentes sabias y maduras que sepan estar donde tienen que estar. 

No alcanzo a entender el velo del decoro entre el recelo y mi estupidez. O tal vez sí logro entender y no quiero comprender al ver el consuelo de la oración en la madurez. Quizás logre aprender a mirar a quien mostrarle mi ser. 

Seguramente, así sucederá, porque eres inteligente. Y eso te pasará una buena factura en la vida. Las cosas, las gentes, la vida, las situaciones, vienen y nos prueban… y somos nosotros, sólo nosotros los que tenemos o no la capacidad de discernir entre transitar en la basura o en el cielo.


+POPS