Dimensiones 4 - La clavija - L. Mir & S. Arnau


Lyra y Andrea siguieron los pasos del Ente hasta que llegaron a un bosque muy profundo donde les esperaban, sentados en círculo, nueve ancianos que formaban parte del consejo. En el centro había una piedra giratoria redonda y el Ente, acompañó a Andrea para que se sentara. Buscó los ojos de Lyra, pero no la vio por ninguna parte, tan sólo pudo observar, uno por uno, a los ancianos que la rodeaban sentados también en piedras, un poco más altas que la suya. Un silencio estremecedor reinó durante unos  minutos que a Andrea le parecieron una eternidad.
Uno de los ancianos buscó la mirada de la muchacha hasta que consiguió llamar su atención:
— Supongo que Lyra te ha hablado de Niria.
— Sí señor, mi gemela - constestó Andrea convencida.
— Tienes que entrar en el Mundo Inverso e ir al encuentro del mago Jalu. Nosotros te concederemos los poderes necesarios para que puedas llegar hasta él y consigas impregnarte de la esencia de Niria antes de que Jalu te quite la vida y se impregne de la tuya.

— Pero, señor. Antes debería enseñarme cómo jugar ese papel sin perder mi vida. Tengo mucho miedo, no sé si seré capaz de cumplir la misión.

— No te preocupes jovencita, aunque no nos veas físicamente, estaremos contigo en todo momento para protegerte del malvado Jalu. Conocemos muy bien sus debilidades y sabemos como ganarle la partida. Pero tu presencia es absolutamente necesaria en la misión, sin ti, no podemos hacer nada. Toma, — dijo el anciano extendiendo la mano y entregándole un reloj con extraños grabados, suspendido por una leontina con una llave en el extremo para darle cuerda — llévalo contigo en todo momento, la llave del final sirve para dar cuerda, parar y acelerar el tiempo, también puede abrir las puertas cerradas por la magia negra.

Un par de ancianos se levantaron y acompañaron a Andrea y a Lyra hasta un árbol muy alto del que caía una cuerda muy larga por la que ellas tendrían que trepar hasta llegar a la copa donde encontrarían una puerta para entrar a Mundo Inverso, puede que no estuviera allí en el momento de llegar, entonces tendrían que esperar a que se acercara al árbol.

Primero subió Andrea y buscó una abertura mientras ascendía Lyra, pero no la encontró, todo era cielo raso. Se apoyaron un momento entre las ramas para tomar aliento y en pocos segundos una nube cubrió por completo la copa del árbol, hasta casi empaparlas. De ella se abrió una compuerta y sin pensarlo mucho, entraron a Mundo Inverso.

Traspasaron y se descolgaron por el tronco del árbol, todo era igual pero contrapuesto. Algo no iba bien, aparentemente nada era diferente.

Emprendieron el camino sin saber muy bien por dónde encontrarían a Jalu, andaron un buen trecho hasta un claro, donde se encontraron un pedestal con una esfera rosa brillante. Absortas, se acercaron a ella.

— Mira, Andrea, esa es la esencia de Niria.
— No os acerqueís a ella, es mía-. Dijo una voz tenebrosa.

Ambas se giraron y lo vieron, era negro, feo y con un halo oscuro que lo circundaba, nada brillante y luminoso lo rodeaba. Era tal como lo habian imaginado. Estaba a unos metros de ellas, la tierra temblaba y las nubes gris marengo giraban a velocidad vertiginosa alrededor de ellos.

—Si no puedo poseerla la destruiré.
—No puedes hacer eso, es mi hermana aunque la desconozca.

Jalu alzó la mano furioso y envió un orbe de energía destructiva hacia la esfera.
Andrea, más rápida que él, sacó el reloj grabado, introdujo la llave con manos temblorosas en una de las tres clavijas laterales, la giró sólo intuyendo, contuvo el aliento mientras se paraba el tiempo y quedaba suspendida la bola de energía que iba diridiga directamente a impactar, destruyendo la esencia de Niria.

Una de tres, acertó a la primera, entonces comprendió por qué decían que era la elegida.

— Lyra, saca la esencia de Niria. ¡Corre!
— No se puede sacar, es hermética.
— ¡Pues rómpela!
— Entonces… entonces... se esparcirá por el aire.
— No tenemos mucho tiempo, hazlo ya.

Lyra cogió en sus manos la esfera y la estrelló contra el suelo, de entre los vidrios emanó una niebla rosa que se diluía en el aire.

—Agita los brazos para que se aleje —gritó Andrea.

Lyra aspiró profundo y expiró con fuerza, haciendo volar la esencia de Niria, lejos, muy lejos del poder de Jalu que con su magia hizo caer una enorme jaula sobre ellas dejándolas encerradas a su merced.











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